martes, 29 de julio de 2014

Elizabeth Tsurkov: “En Israel no existe la más mínima empatía con el horror de Gaza”

Tiene 27 años, vive en Ramat Gan (cerca de Tel Aviv) y se define como activista de derechos humanos. Trabaja en una organización de ayuda a refugiados africanos, emigrantes laborales asiáticos y víctimas de trata de personas. Escribe en inglés y hebreo para diferentes blogs y páginas de periodismo “ciudadano”. Es una de esas escasas voces israelíes que hace pública su desaprobación de las políticas bélicas y de ocupación del gobierno de Israel. El pasado sábado participó en Tel Aviv en la que hasta ahora ha sido la manifestación más numerosa en Israel contra el asedio a Gaza.

Elizabeth Tsurkov

Unas 5000 personas se manifestaban en Tel Aviv. Parece una enorme minoría. ¿Cómo podemos interpretar la reacción de la sociedad israelí? 

Desde luego que 5000 personas no son muchas, pero acabamos bastante satisfechos. Como has dicho, fue la protesta más numerosa desde el comienzo de la guerra. En tiempos de guerra, a la gente le suele resultar incómodo protestar, incluso aunque esté en contra de las acciones del gobierno. A eso hay que sumar el hecho de que todas las protestas contra la guerra que ha habido en Tel Aviv han terminado de forma violenta por los ataques que hemos sufrido de los racistas, eso hizo que mucha gente no viniera. Pero muchos, aunque sabían que habría violencia y que podían ser atacados, vinieron. Realmente es un logro. 

Nos han llegado noticias de esas agresiones a manifestantes, incluso de checkpoints espontáneos en la calle para discriminar a árabes e izquierdistas. ¿Es algo nuevo en Israel? 

Sí, es nuevo. Empezó antes de la guerra, cuando secuestraron y asesinaron en Cisjordania a los tres chicos israelíes. A los israelíes no les dijeron que habían sido asesinados, a pesar de las evidencias que sugerían que había sido así. En el coche en el que les dispararon había mucha sangre. No lo contaron, así que la gente sintió que la operación que tenía lugar en Cisjordania era para rescatarlos. Fue un momento de fuertes emociones en Israel y el gobierno se encargó de excitar mucho a la población. El resultado fueron protestas contra los árabes y esas protestas derivaron en ataques contra ellos en Jerusalén, incluso ataques al azar a gente que simplemente caminaba y que parecía árabe, los acosaban. Cuando empezó la guerra y empezamos a protestar, fuimos objeto de esa violencia. Es algo inaudito en Israel, nunca se había ejercido una violencia así contra manifestantes israelíes judíos. En otras ocasiones hubo gente que protestó contra nosotros. En la anterior operación, ‘Pilar Defensivo’, hicimos una manifestación y frente a nosotros hubo una contramanifestación. Nos gritaron cosas terribles, pero nunca nos atacaron, en ningún momento sentí miedo. Ahora cada vez que vas a una protesta sabes que hay muchas probabilidades de salir herido.


¿Piensas que esto va a ser, de alguna manera, un punto de inflexión en la vida israelí? 

Es una buena pregunta. Espero que no. Quienes se manifiestan contra nosotros y nos atacan sin duda quieren que éste sea un punto de inflexión para que la gente deje de manifestarse contra la guerra y las acciones del gobierno. Quieren que sea un punto de inflexión para que ilegalicen cualquier tipo de gesto de los árabes israelíes en expresión de sus legítimos sentimientos de hermandad con la gente de Gaza. Espero que éste no sea un punto de inflexión y estamos peleando para que no lo sea. Seguimos yendo a las protestas, aunque sabemos que puede haber violencia, para demostrar que no nos rendimos y no vamos a callarnos. Espero que tengamos éxito. 

Hemos visto a israelíes celebrar los ataques sobre Gaza como si estuvieran viendo una película de acción en el cine, a una diputada que pedía el asesinato de las madres palestinas, la prohibición de emitir en la radio una campaña con nombres de niños de Gaza muertos, etcétera. ¿Ha ganado el fanatismo? 

Es una buena pregunta. Creo que es pronto para decirlo, pero lo que está pasando en Israel… Ha habido operaciones en el pasado contra las que hemos protestado pero nunca habíamos sentido que nos deslegitimaran con tanta violencia. Nadie está condenándola, salvo los partidos de la oposición. Nadie del gobierno condena los ataques contra nosotros, aunque incluso hay gente hospitalizada como resultado de ello. En las protestas de la gente de derechas los gritos son realmente horribles. Celebran la muerte de los niños de Gaza, cantan que Gaza es un cementerio, se alegran por ello, no hemos escuchado ni una sola condena. La derecha está yendo más a la derecha todavía. Ahora es incluso más difícil que se escuche nuestra voz. El hecho de que ni siquiera se pueda emitir un anuncio que básicamente mencionaba nombres de niños palestinos que habían sido asesinados… ¡Ahora incluso eso está fuera de lo permitido y es controvertido! No existe ni la más básica empatía, humanidad y reconocimiento de todo el horror y el daño que se está haciendo en Gaza. Incluso quienes apoyan estos ataques y esta operación sobre Gaza y dicen que tenemos que erradicar el terrorismo, destruir los túneles, acabar de una vez por todas con los cohetes, deberían ser capaces de reconocer qué se está haciendo en su nombre, toda esa destrucción y la cantidad de muertes de civiles inocentes. Los israelíes no quieren verlo y entran en una especie de espiral en la que no son conscientes del nivel de destrucción y sufrimiento humano que se está viviendo en Gaza, e incluso algunos de los que sí son conscientes lo justifican diciendo que todos ellos son escudos humanos y que todo el vecindario está lleno de terroristas y que por esa es razón debe ser destruido. Debido a esa falta de conciencia sobre el nivel de destrucción, siguen animando al ejército y a los líderes israelíes para que intensifiquen los ataques. Según una encuesta del Canal 10, el 71% de los israelíes apoya la continuación de los ataques porque piensan que todavía no se han alcanzado todos los objetivos. Es una especie de círculo vicioso, la gente no sabe lo que está pasando sobre el terreno así que piensa: “¡vamos! ¡¡Entrad ahí!! ¡Dadles duro!”. Y esa es la razón por la que Hamas no se va a rendir. De hecho, Hamas tiene sus propios métodos de adhesión. El sufrimiento de Gaza no es algo que les preocupe demasiado, por eso no se va a rendir.


Algunas personas prefieren no expresarse públicamente. ¿Qué precio paga hoy un israelí por oponerse a las políticas bélicas de su gobierno e incluso por defender los derechos de los palestinos? 

Ser reconocido en la calle como alguien de izquierdas te hace susceptible de recibir un ataque. Por otro lado, aunque no es algo mayoritario, hay gente que ha sido despedida de su trabajo por expresar su punto de vista, no sólo palestinos sino también israelíes de izquierdas. En general, y te lo puedo decir por propia experiencia, te hacen sentir como una especie de traidor, alguien que apoya a Hamas. Porque el gobierno está diciendo que este es un ataque contra Hamas, aunque la mayoría de los que han muerto no son de Hamas, son civiles. La gente piensa que si te opones a la guerra estás apoyando a Hamas y eso es lo que me dicen. Me dicen que estoy apoyando al enemigo, que soy una traidora y que debería ir a Gaza si es que tanto me gusta Hamas. Es muy triste ver eso. 

Imagino que hay una motivación común entre los manifestantes: detener los bombardeos y la invasión de Gaza. ¿Hay también una posición común sobre cuáles son las causas del conflicto entre palestinos e israelíes o incluso sobre sus soluciones? 

La gente que protesta contra la guerra es gente que podríamos definir como de la izquierda radical. La mayoría de la gente que se manifiesta no es sionista, pero también los hay. Si abrimos el plano, algunos apoyan la solución de los dos Estados y otros la solución binacional, pero todos piensan que negociar es la manera de evitar… Tenemos ahora una guerra cada dos años y todos pensamos que, en vez de luchar cada dos años y destrozar Gaza en una nueva guerra, en vez de que mueran tantos soldados israelíes, lo que hay que hacer para solucionar la cuestión de los cohetes y de los túneles es negociar. Algunos dicen que hay que negociar con la Autoridad Palestina, otros que directamente con Hamas, pero todo el mundo está de acuerdo en que golpear y destruir una gran parte de Gaza cada dos años no es la forma de evitar más cohetes y más túneles. 

Me gustaría conocer tu posición personal, lo más lejos posible de la realpolitik. Si de ti dependiera, ¿cuál sería una solución justa para poner fin a tantas décadas de violencia y para facilitar la coexistencia? 

Apoyo la solución de los dos Estados porque pienso que es la única manera de que los israelíes y los palestinos, que tanto se odian, puedan vivir juntos sin matarse los unos a los otros. En un mundo ideal apoyo que no existan fronteras, pero pienso que no va a pasar y es muy peligroso intentar encontrar en un único Estado una solución que satisfaga tanto a los colonos como a los seguidores de Hamas. Esa es la razón por la que apoyo la solución de los dos Estados. Dentro de un tiempo, cuando pasen varias generaciones, cuando la gente ya no se odie y en vez de dedicarnos a hablar de lo malos que son los otros y de lo buenos que somos nosotros hablemos de las cosas que tenemos en común, cuando más israelíes sepan árabe y más palestinos hebreo y podamos comunicarnos, comerciar y ser capaces de vivir juntos, quizá entonces se puedan eliminar las fronteras, pero creo que eso nos va a llevar muchísimo tiempo. 

En ambos lados los civiles son objetivo de los ataques, aunque la diferencia en daños y bajas es incomparable. Imagino que quienes critican tu posición te recuerdan que estás bajo los ataques de cohetes desde Gaza. ¿Qué les respondes? 

Yo misma estoy bajo ataque de los cohetes, estoy en su margen de alcance. Antes del alto el fuego en que estamos ahora [La conversación tiene lugar la tarde del lunes 28 de julio], hemos tenido al menos un ataque al día con cohetes en el que hemos tenido que correr a los refugios. Veo a Hamas como una organización terrorista, ellos apuntan a civiles y operan entre civiles para dificultar que les alcancen, no tengo ninguna duda de que están cometiendo crímenes de guerra. Pero, el hecho de que en un lado estén cometiendo crímenes, no justifica que nosotros los cometamos. Pienso que hay formas de enfrentar el problema de Gaza que no implican tanto placer en la destrucción. Y ahora gracias a la ‘Cúpula de Hierro’ podemos permitirnos no sobreactuar como lo estamos haciendo. Por ejemplo, los arrestos en Cisjordania que siguieron al secuestro y asesinato de los tres chavales fueron un duro ataque a miembros de Hamas, aunque supiéramos que no estaban implicados en terrorismo sino que participaban en algún tipo de actividad política. Eso dio como resultado que el lanzamiento de cohetes desde Gaza se intensificara. Esos cohetes no habían matado a nadie gracias a la ‘Cúpula de Hierro’, gracias a los refugios que tenemos, gracias a las sirenas... Para Hamas debe de ser muy frustrante lanzar los cohetes -no son nada fáciles de hacer, les supone un enorme esfuerzo construirlos-, y que uno tras otro sean interceptados, que prácticamente no causen daño. Han sido asesinados tres civiles en Israel como consecuencia del lanzamiento de estos cohetes y han lanzado dos mil. Eso demuestra que la ‘Cúpula de Hierro’ funciona y que estamos bastante seguros. ¡Tenemos que sacar provecho de esta relativa seguridad para no sobreactuar y ponernos a atacar y decir que esa es la mayor amenaza que debemos eliminar! En vez de enormes operaciones tenemos que empezar a negociar con el gobierno de unidad entre Fatah y Hamas. Sólo las negociaciones permitirán que acabe esta forma de miserable degeneración de derechos que lleva a que la gente de Gaza nos lance los cohetes. 

Permíteme que piense que personas como tú sois, de alguna manera, héroes en un entorno hostil. Pero no sé si de alguna forma sientes que vuestra posición puede ser utilizada por personas que no creen en la posibilidad de una coexistencia. 

Luchamos para hacer entender nuestro mensaje. La gente que tiene miedo de los palestinos piensa que la única forma de tratar con ellos es mediante el uso de la fuerza. ¡Y los palestinos sienten lo mismo! Para ser honesta, les entiendo, porque Mahmoud Abbas, el líder de la Autoridad Palestina, es moderado, lucha contra el terrorismo, arresta a gente que está involucrada en cualquier tipo de actividad contra Israel, incluso fue a la televisión israelí y dijo básicamente que abandonaba la petición de retorno de los refugiados… Por todo ello los palestinos lo consideran un traidor. Y, ¡a pesar de eso, a pesar de que renunció al terrorismo hace décadas, Netanyahu no negociará en serio con él! Así que se preguntan: “¿cuál es el sentido de todo esto? Vemos que los asentamientos crecen, también los ataques de “price tag” [ataques de colonos contra palestinos y sus propiedades, como la quema de olivos], que seguimos sufriendo bajo el yugo de la ocupación... ¿Qué logramos si nos asesinan? ¿Qué conseguimos si hablamos? Nada se consigue hablando, lo único que entienden los israelíes es la violencia”. Hamas utiliza la violencia en Gaza y se oculta, Hizbula la utiliza en Líbano y se oculta. Hamas secuestra a un soldado y liberan 1000 prisioneros en el intercambio. Así que la gente entiende que la única forma de inducir a Israel a que haga algo es utilizando la violencia. Y es muy triste el consenso en ambos lados ahora mismo. 

Como israelí que vive allí y que denuncia las políticas de su gobierno. ¿Qué idea tienes del BDS, del boicot del resto de países hasta que Israel cambie sus políticas? 

En primer lugar, en Israel ahora es ilegal hacer un llamamiento al BDS así que ni siquiera puedo decirte cuál es mi posición al respecto. Si te puedo decir que me opongo al boicot de las instituciones educativas, de las universidades, porque las universidades israelíes son una fuerza muy positiva. En Israel los niños básicamente pasan por un sistema educativo que está controlado desde hace veinte años por la derecha, y eso da como resultado que el programa que están aprendiendo es bastante nacionalista y derechista. Los críos salen del sistema educativo israelí derechistas y sin ningún tipo de herramienta crítica. Un gran objetivo durante el tiempo que pasan en el instituto es prepararlos para el ejército y sus ideas. Las escuelas están valoradas en base al número de alumnos que al finalizar ingresan en el ejército. Así que desde mi propia experiencia te puedo decir que las universidades le dan la vuelta a los israelíes que hablan como ovejas, que piensan, obedecen y se dejan llevar por la atmósfera general de nacionalismo y militarismo. La universidad cambia realmente a la gente. Lo vi en mí, las universidades son una fuerza muy positiva. Esta es la mejor forma que tengo de expresarte mi opinión.

Sigue a Elizabeth Tsurkov en Twitter.

Carlos Pérez Cruz

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