sábado, 10 de agosto de 2013

Francesca Borri: “El verdadero periodista lo es por lo que no escribe, por lo que no fotografía”

Francesca Borri durante la entrevista (Foto: Juan Pelegrín)

La italiana Francesca Borri (1980) afirma que dejó su carrera como jurista especializada en derechos humanos y relaciones internacionales cuando se dio cuenta de que lo que escribía molestaba más a los poderosos que lo que lograba con su profesión. Había publicado dos libros sobre Kosovo e Israel/Palestina. Hace año y medio entró en Siria para contar la guerra. En ella recibió un disparo en la rodilla y padeció fiebre tifoidea (la ausencia de transparencia en el agua de las botellas que nos muestra en una fotografía da una idea del porqué). Las miserables condiciones como periodista freelance o el hecho de ser una mujer en la guerra le llevaron a escribir un intenso y emocional artículo que agitó las aguas del periodismo internacional con encendidos debates en la red. El británico The Guardian’ le invitó recientemente a responder a las muy diversas reacciones que su texto había suscitado. Asegura que en Italia una revista propiedad de Berlusconi le ofreció 15.000 € por posar desnuda con su casco de guerra. Por escribir sobre la guerra dentro de ella, apenas le ofrecen poco más de 50 por artículo. Nos recibe en Ramallah (Palestina). En septiembre promete volver a la guerra.

Texto: CARLOS PÉREZ CRUZFotografías: JUAN PELEGRÍN

¿Cómo te sientes después de haber escrito el artículo sobre qué significa ser periodista freelance en estos tiempos?

Exactamente igual (risas). Tratando de organizar mi próximo viaje a Siria exactamente en las mismas condiciones. Nada ha cambiado, así que iremos allí solos y cuando salgamos, como de costumbre, alguien comprará nuestro trabajo. Mientras estás dentro, es tu responsabilidad y estás completamente sola. Esa es la vida de un freelance hoy.

Imagino que escribir un artículo así puede ser un alivio, pero no sé si el siguiente sentimiento es, de alguna manera, la frustración.

Esperaba que hubiera reacciones de otros freelance. Y las reacciones llegaron, especialmente desde España. En Italia nadie dijo nada. Aunque al fin y al cabo soy consciente de que no se puede exigir a los freelance, que son el eslabón débil. Lo que debería es exigir a esos redactores jefe y directores que se solidarizan a través de Twitter desde todas partes del mundo. Podrían cambiar las cosas en vez de pasar su tiempo frente a Facebook o Twitter.

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