jueves, 30 de mayo de 2013

¿Fútbol por la paz?

Imagen de Messi en un comercio de Ramallah (Foto: Carlos Pérez Cruz)
El buenismo puede resultar tan letal como el disparo más certero de un francotirador. La ignorancia del poderoso (permítaseme la inocencia) puede llegar a resultar fatal, hasta el punto de legalizar, por la vía del gesto diplomático, una situación de violación flagrante de derechos humanos y certificar como definitiva la ocupación y exterminio de un pueblo por parte de otro.

Hablo de fútbol y del Barça (mi equipo) y de su iniciativa para jugar un partido frente a un combinado de jugadores de Israel y Palestina con el fin de aportar un granito de arena al (inexistente) proceso  de paz. ¿Quién podría reprocharle al Barça la honra de su gesto? A ojos del profano, del ciudadano medio que asume la existencia de un conflicto entre Israel y Palestina, la iniciativa tan sólo merece elogios. Es probable que ese ciudadano piense que cualquier oposición a este partido sea cosa de radicales, de extremistas contrarios al reconocimiento del otro, partidarios de la aniquilación del “enemigo”. Pueden llamarme radical, si así lo desean, por oponerme  al partido de marras. Yo, que no quiero ni exterminios ni holocaustos para nadie.

2 comentarios:

  1. Muy interesante el artículo, señor Pérez, enhorabuena

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  2. Es usted extremadamente amable, señor Gallego. Le agradezco mucho la lectura de mi mente. Abrazos, Carlos.

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